¿SOBRE QUÉ PILARES SE CONSTRUYE EL FUTURO DEL TRABAJO?

Robotización

Una de las principales cuestiones que surge en el debate sobre el futuro del trabajo, ante la rampante presencia de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, es que las máquinas puedan realizar el trabajo que hasta ahora desempeñaban las personas, desplazándolas. Pero si algo empieza a quedar claro es que la tecnología no va a acabar con el empleo. De hecho, todo apunta a que su reconfiguración creará nuevos puestos de trabajo que a día de hoy ni existen todavía. El futuro laboral es un entorno híbrido en el que máquinas y personas van a convivir, con el objetivo de alcanzar una mayor productividad y eficiencia. Una simbiosis en la que se complementará la actividad mecánica y digital con las destrezas exclusivamente humanas; es decir, la capacidad de reflexionar, razonar y comprender que permite analizar una situación y aportar una opinión o una solución. En esta transición digital, hay una máxima que no se puede perder de vista: con el fin último del mejor desarrollo de la humanidad, las máquinas y la tecnología deben complementar a las personas y no al revés.

Formación

El imparable avance de la robotización, la automatización y la inteligencia artificial aplicada a los sistemas productivos y laborales requieren una educación y una formación con un mayor peso en el plano tecnológico. Pero, para formar empleados con habilidades y destrezas tecnológicas aptas para el futuro del trabajo que se avecina, es necesario empezar a educar en las aulas tanto escolares como universitarias. El mundo empresarial está asumiendo que tiene que invertir en ese continuo aprendizaje de habilidades que permiten desarrollar una fuerza laboral adaptable a las nuevas demandas de mercado (skilling). De cara a la formación de sus empleados, los programas corporativos que ofrecen a toda la plantilla la oportunidad de aprender nuevas habilidades y desarrollar una carrera diferente a la actual se perfilan como una de las mejores medidas. Junto a las empresas, los gobiernos y administraciones públicas son otra palanca de cambio fundamental para avanzar en educación, motivo por el cual hace falta diseñar una estrategia pública. Hay muchos aspectos que mejorar, pero una de las claves fundamentales es adaptar la oferta formativa a las realidades y necesidades empresariales. Un desafío que implica un esfuerzo generacional en el que hay que tener en cuenta a las nuevas generaciones, pero también a los más mayores.

Tiempo-espacio

La presencia del teletrabajo es una tendencia cada vez más común en el mundo empresarial. Esto hace que, con más frecuencia, los empleados demanden una mayor soberanía sobre su tiempo y su espacio, lo que se perfila como uno de los retos fundamentales a los que se enfrenta el futuro del trabajo. Pero hay que tener cuidado, ya que el trabajo en remoto puede tornarse una herramienta deshumanizadora al sacar al empleado de un contexto de humanización colectiva. Y es que no se puede olvidar que el centro de trabajo –como espacio físico– sigue siendo algo importante, ya que la presencialidad refuerza el vínculo del trabajador con la empresa, permitiéndole experimentar mejor los valores y la cultura corporativa. Al mismo tiempo, los trabajadores demandan una mejor gestión del tiempo en el trabajo que les permita conciliar su vida personal y profesional. La flexibilidad y la conciliación se alzan como dos piezas clave para una gestión empresarial eficaz e inteligente. Uno de los objetivos debe ser crear trabajos y entornos laborales lo más humanos posibles, para lo cual es necesario poner al trabajador en el centro de todas las políticas corporativas. La digitalización y las nuevas tecnologías permiten una conectividad que, bien usada, puede ayudar a las personas a tener tanto un trabajo como una vida más fácil y mejor.

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